Hoy,
después de preparar una receta me ha sobrado medio pimiento rojo y
medio amarillo. Y he pensado que no os había hablado aun de la
“congelación abierta”. Es algo muy simple pero muy practico.
Solo
necesitamos una superficie grande y flexible, como por ejemplo la
tapa de una fiambrera resistente a la congelación, o si no
disponemos de ella, también podemos forrar una tabla de cortar u
otra superficie similar con film transparente.
Esparcimos
lo que queramos congelar por la superficie intentando que se toquen
lo mínimo posible y lo metemos en el congelador por una o dos horas
hasta que endurezca.
Después
solo tenemos que recogerlo y guardarlo en una bolsa de congelación.
Esto
tiene muchas utilidades. No tendremos que tirar nunca esos trozos de
verduras que a veces quedan después de alguna receta, si no que
podremos guardarlos limpios y troceados para futuras recetas, como
por ejemplo una pizza. También nos permite congelar pechugas,
filetes, pescado u otras cosas por separado, así solo tendremos que
descongelar lo que necesitemos.
Espero que os resulte de utilidad.
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